viernes, 15 de julio de 2011

Los Mártires de Tazacorte

Al amanecer del 15 de julio de 1570, 40 jesuitas fueron asesinados a bordo del Galeón Santiago. Iban rumbo a Brasil de la mano del padre Ignacio de Azevedo, siendo por entonces General de la Compañía de Jesús S. Francisco de Borja.

Los religiosos fueron interceptados por piratas hugonotes, capitaneados por el fránces Jaques Sourie. Pudieron escapar gracias a los vientos favorables, atracando en el puerto de Tazacorte, en la Isla de La Palma donde esperaron unos días pensando que sus perseguidores pasaría de largo.

Allí fue dónde el 13 de julio celebró el padre Ignacio de Azevedo su última eucaristía, en la iglesia dedicada al patrón de La Palma, san Miguel de Tazacorte. Cuentan las crónicas que en el momento en el que el sacerdote sumió el cáliz tuvo la visión de su próximo martirio, siendo tal la impresión que inconscientemente melló el borde del caliz.

Finalmente en la madrugada del 14 de julio, el galeón zarpó por la parte sur de la isla, con destino Santa Cruz de la Palma, más, cuando este se aproximaba a la punta de Fuencaliente fueron interceptados y abordados por los piratas hugonotes a bordo de sus cinco navíos. Cuarenta jesuitas, en su gran mayoría novicios, y en su gran mayoría portugueses, fueron martirizados aquella mañana del 15 de julio del año 1570 frente a las costas de La Palma.

Hoy apenas nadie recuerda este hecho. Apenas los canarios y los palmeros son conscientes de este hecho histórico que regó con sangre de santidad sus costas, apenas la Compañía y sus miembros los recuerdan. Por no saber ni se sabe como denominarlos : mártires del Brasil, portugueses, de Tazacorte...

El 11 de mayo de 1854 el papa Pio IX los inscribió en el libro de los beatos con categoría de mártires, pues mientras toda la tripulación religiosa fue cruelmente asesinada y tirada al mar, 28 del resto de los tripulantes y pasajeros lusitanos fue capturados para finalmente ser entregados al Conde de La Gomera, Don Diego de Ayala y Rojas, es gracias a sus testimonio que conocemos la saña con que se dio muerte a los jesuitas.

Hace unos años se tiraron al fondo del mar, donde se cree fueron arrojados los jesuitas, cuarenta cruces que recuerdan tan triste episodio. Y es que, como ya dije, a pesar de ser uno de los sucesos histórico - religioso más importantes que ha tenido lugar Canarias,y concretamente en la isla de La Palma, pocos son los palmeros y canarios que conocen esta historia y tienen presente en su memoria colectiva y particular, esta festividad.
Festividad que a mi me gusta presentar como la de los mártires de Tazacorte, en tanto que creo que tiene más sentido la denominación del lugar donde alcanzaron la gloria a través del trsite martirio, esto es, dónde se puso a prueba su fe. En las costas canarias y no en su destino que tan lejos les pilló.

Con estas pocas líneas quiero tenerlos presentes, y junto con ellos a tantos misioneros, religiosos, diocesanos y laicos que entregan su vida por la misión. Que pagan con ella la dedicación a compartir Evangelio, presentando (ayer de una forma, hoy de otras) al Dios que a ellos les cautivó.

Con la promesa de escribir un artículo con más detalle termino esta entrada pidiendo una oración por ellos, y a ellos rogando por su intercesión para con todos aquellos que hoy, desde sus diversas opciones, siguen poniendo el corazón en juego, presentando la Buena Nueva de Jesús desde el respeto, la verdad y la coherencia.

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