jueves, 27 de mayo de 2010

Jugar a no entenderse

Hace pocos días una buena amiga se hizo con una pista de audio curiosa.

Recoge la llamada de un oyente indignado a un programa de Luis del Olmo. Una llamada crítica con el des-Gobierno actual, con la que creo muchos nos sentimos muy identificados y a la que muchos, empezando por un servidor, añadiriamos muchas cuestiones más. Empezando sin ir mas lejor por la tragicomedia representada en el Senado ultimamente.

Es realmente absurdo que se este recortando el gasto social, se pretenda que todos los españoles nos apretemos el cinturón, y a la vez, se tomen medidas como la reforma del reglamento del Senado. Reforma que busca el uso de las diferentes lenguas del Estado en la Cámara Alta. Lo que supondrá que se invierta en material técnico, en pequeña infraestructura y se contraten traductores. Traductores para entenderse en diferentes lenguas los que después en los pasillos del Senado, en la cafeteria o en los lavabos se entienden en una misma lengua que es común para toda España, que todos dominan y entienden. Jugar a no entenderse. Un disparate.
Dicen que no va a suponer un gasto extraordinario, sino que se reordenaran las partidas del presupuesto... así lo dijo el senador de ERC que lo propuso, pero evidentemente, a la altura de la pelicula lo dudo realmente.


La defensa del Estatut Catalán en el Senado, hace unos días por José Montilla daba lástima... no ya por el contenido y el pretender que el Constitucional obre conforme a los intereses del presidente Montilla - al que bautizarón charnego hace unos años -, daba lástima a dónde hemos llegado. Al sinsentido de ver a un presidente de la Generalitat, andaluz de origen, presentar su ponencia en catalán siendo traducido para que sus propios paisanos andaluces y demás españoles, pudieran entenderlo. Dicen que negarse a ello es no tener encuentra la pluralidad del Estado. Y ello es una argucia populista para presentar a los contrarios como enemigos de Cataluña y demás regiones con lengua propia. Es una proclama torticera que busca rearfirmar la identidad nacionalista con fundamento en el odio al resto de la España no nacionalista, postura muy recurrida por algunos.

Realmente nos dejamos engañar, cerramos los ojos y tragamos. Recortamos gasto social, plazas de oposiciones, subimos impuestos y demás que nos queda. Y sin embargo se derrocha erario públio en babelizar el senado.

Que el Senado es el espacio de representación autonómico por principio, cierto es. Que deberia configurarse asi también en la Constitución, convirtiéndose en una cámara de representación territorial donde encauzar el control y las demandas autonómicas más allá del espacio de doble lectura que es hoy, pues si. Que sería lógico entónces poder expresarse cada uno en su lengua vernácula, a pesar de que todos hablen en español, puedo llegar a asumirlo, aun pensando que es un escollo que no pretende otra cosa que alzar diferencias. Pero que se haga en medio de esta situación de crisis económica... es un verdadero insulto a todos, familias nacionalistas incluidas que también estarán pasando estrecheces y necesidades.

Unida a esta hay muchas incoherencias más. De momento me tomo la libertad de pillar el enlace de mi amiga y compartir con ustedes esa curiosa llamada. Que supongo, no será la última...


jueves, 20 de mayo de 2010

... familia roja y blanca del Sánchez Pizjuán ...

Quiso la Providencia que mi mejor amigo de Sevilla fuera sevillista, intensa y profundamente sevillista. Y así es como se trasmiten muchas aficiones.


A mi también me ha tocado implicarme en ese simpático binomio que implica vivir en la ciudad de la Giralda: bético o sevillista, Sevilla o Betis. Y lógicamente he optado por los colores con los que mi amigo disfruta, se emociona y vive desde pequeño. Y es que la amistad supone un encuentro e intercambio de emociones y experiencias que acaban contagiándose si realmente se viven con pasión y se comparten con sincera libertad, sin fanatismos ni estrecheces. De ahí, de ese buen compartir, nacen contagios fundados en una sana y duradera amistad. De momento así ha sido, y espero que así nos despidamos de este mundo Quique y yo.
Anoche, Su Alteza Real, el Príncipe de Asturias, entregaba a Palop como capitán del Sevilla, la Copa del Rey, y allí estaba yo con mi amigo disfrutando del momento. Disfrutando de un partido muy rápido e intenso, en el que el Sevilla desde el principio se adelantó en el marcador, y casí como una sentencia, firmaba con el segundo gol en el minuto 90.

Faltaban 35.000 sevillistas que habían viajado a Barcelona acompañando al cub, pero otros miles nos reunimos en la Puerta de Jerez, coreando un "Sevilla es rojiblanca, Sevilla es rojiblaca" que inudó la plaza.
Con la Giralda como testigo celebramos el triunfo de un equipo que será mi referencia deportiva en esta ciudad, que ya forma parte de mi aventura sevillana con un episodio de triunfo, y aunque la derrota hubiera sido el apellido de la noche de ayer, siempre me hubiera quedado el recuerdo del partido acompañado por un buen amigo y arropado por una bandera que anoche quiso pasearse conmigo por la ciudad del Guadalquivir.

Escribiendo estas líneas comparto con ustedes que el Sevilla ganó anoche la copa del Rey, presumo de una afición sevillista que va naciendo, y doy gracias por - y le doy gracias a - mi amigo, por todo lo que supone esto, por todo lo que de atrás viene y por delante nos espera.

lunes, 17 de mayo de 2010

Un Papa como pocos imaginaban


Cuando el 19 de abril de 2005, Joseph Ratzinger saludaba desde el balcón de la Basílica de San Pedro, entonces ya como Benedicto XVI, muchos no entendieron el aleteo del espíritu. Y es que no son pocas las veces que la comprensión humana escapa de los designios de una Providencia que parece burlarse de los hombres, acostumbrados a pensar que nuestra perspectiva de la realidad es y debe ser la única y absoluta, y que fuera de ella todo es error y falta de sentido común. Pues no. El Espíritu bien sabia, aquel día y hoy, por donde llevar a la barca de la Iglesia.

Ese Papa mayor, de carisma limitado, profundamente teólogo y de gesto adusto esta sorprendiendo a muchos. La visita a Portugal de éstos días sigue estando marcado por la que será la gran cruz de su pontificado, la cruz de la pederastia, de los abusos a menores por parte de miembros ordenados de la Iglesia. Abusos que poco a poco van saliendo a la luz, salpicando medio mundo con historias desgarradoras y dolorosas, con víctimas durante años olvidadas y postergadas por una Iglesia que nada quiso escuchar y que predicaba dando la espalda a sus propios pecados. Pero poco a poco la cosa cambia.

La reinterpretación de la tercera revelación de la Virgen de Fátima que su santidad realizó poco antes de pisar suelo luso no ha sido una escaramuza, ni una estrategia de autocompasión. Esa sotana blanca manchada de sangre, dice Benedicto XVI, es algo más que un anuncio del trágico episodio que vivió el Papa polaco. Se refiere también a la oscuridad, a la ponzoña de la Iglesia. Las palabras del pasado martes eran de nuevo ejemplo de cómo el Santo Padre no tiene miedo a reconocer los pecados de nuestra Iglesia, de cargar con ellos en su espalda octogenaria y pedir perdón. Un perdón sin justificaciones, sin alardes, sin peros... un perdón que nace de la profunda experiencia de no sentirse a la altura y ser consciente del daño cometido.

Benedicto XVI no atenúa la responsabilidad, no habla de estadísticas ni intenta desviar la atención, no calla como muchos miembros de la jerarquía, ni acusa a los medios de disparatar, generalizar o mentir. Simplemente pide perdón. Y de nuevo, tal y como lleva haciendo en los últimos meses, vuelve a reconocer que “el perdón no sustituye a la justicia”. Los culpables han ofendido a Dios y entre Él y ellos queda. Pero mientras, el mal a los hombres tiene sus consecuencias, y deberán soportarlas, civil y canónicamente y es que “las cuestiones éticas y espirituales no son de dominio privado”.

Al que, desde algunos foros, empiezan a llamar el barrendero de Dios hay que reconocerle una enorme honestidad en este asunto. Su santidad está intentado purificar una Iglesia Santa y Salvadora, pues es obra del Padre, pero enormemente pecadora, en cuanto somos los hombres y mujeres de este mundo los que la integramos. Es ejemplo de la contundencia del pontífice la claridad y dureza de las últimas informaciones de la Santa Sede con respecto a Marcial Maciel, fundador de los Legionarios de Cristo, a los que mucho camino de calvario les queda por vivir, y por los que mucho hay que pedir.

Yo sigo quedándome maravillado al ver como un hombre así, con los achaques propios de su vejez, no deja de llevar el testimonio de Cristo Resucitado al mundo, no deja resquicio al descanso terrenal, sufre y hace suya la cruz de toda la Iglesia y es consciente, sin titubeos, de que a él le ha tocado, al final de su vida, soportar ese peso. Si Dios no lo vela y lo acompaña sosteniéndolo a su lado, no podría ser así, estoy seguro de ello.

martes, 11 de mayo de 2010

Retomando brevemente...

No me he olvidado del blog.


Pero desde que estoy en Sevilla ando liado y con poco tiempo para escribir, pero muchas anécdotas e historias que narrar y compartir con los que me leen.


He pasado una Semana Santa a caballo entre Sevilla y Granada, maravillosa y sobrecogedora; unos días de fervor y recogimiento, de Pasión y Resurrección, días de echar abajo falsos mitos y fijarme en unas vivencias y tradiciones que reflejan una fe que nace de lo profundo de un pueblo, y que es renovada dia tras dias, año tras año a través de una cultura que mezcla folclore, liturgia y espiritualidad.


He vivido y disfrutado de unos días de Feria de abril, de sevillanas maneras. Acompañado de amigos y amigas que me han acogido con los brazos abiertos en sus casetas. He medio bailao sevillanas, conocido a mucha gente y estrechado amistad con viejos conocidos. Siempre acompañado de un buen amigo que, a veces consciente y otras no, ha ido trasmitiendome una pasión por su Sevilla que desde fuera muchos no entenderian, pero que cuando uno la disfruta y la conoce, llega, sencillamente, a cautivarle.


Ahora mismo escribo desde mi cuarto, en la casa que comparto con un cocinero y un sevillano de ocupación semi desconocida. Vivo en Triana, cerca de su "catedral" de santa Ana, que tanto evoca al templo catedralicio de mi isla. Es el comienzo de este barrio tan mágico y tan nombrado, pero una vez que atraviesas mis puertas te adentras en la Triana profunda.


Y es que vivo en un patio sevillano, un edificio de unos 130 años de antigüedad, protegido por la Junta y donde las casas se distribuyen alrededor de un patio lleno de flores y macetas, con puertas abiertas y musica de sevillanas y coplas de fondo, niños que corretean por los dos pisos para visitar a sus mayores, y abuelas que suben a tender la ropa a la azotea, ayudándose de una cuerda que sueltan desde lo alto para no tener que subir con el canasto las empinadas escaleras. Es Triana, como dice mi vecina.

Un patio familiar, muy popular y tranquilo a la hora de la siesta, pero efervescente a media tarde. Un patio con sus leyes, sus costumbres y sus miserias, su encanto y su esencia. Poco a poco iré contando mis vivencias en este, mi patio, de Triana. No alcanzo un mes y ya podría contar algunas pero prefiero reservarme, y es que ahora mismo el cansancio me puede.


Prometo ser más constante y profundizar en la Semana Santa, en la Feria, en mi día a día por esta Sevilla que poco a poco me va líando y que, aunque durante pocos días, realmente huele a azahar.