martes, 30 de agosto de 2011

Loyola, encuentro, acogida, oración... MAGIS

(Publicado en Religión Digital - 07/08/2011)
Resulta difícil poder compartir en pocas líneas todo lo que he ido viviendo desde que ayer, tras casi 14 horas de autobús, puse los pies en Loyola.

La primera impresión la causó la cantidad de autobuses que iban llegando mientras los voluntarios organizaban nuestra llegada y nos iban mandando a colegios y polideportivos de la zona: jóvenes de Camboya, Polonia, India, Kenia, Canadá... Mientras marchábamos a nuestro lugar de hospedaje e inscripción veíamos un montón de grupos reunidos con sus respectivas banderas o sus camisetas propias que nos saludaban con una mezcla de nerviosismo e ilusión. La misma que la nuestra. Que supongo nace de encontrarnos de golpe en una especie de aldea mundial. Pues Azpeitia y concretamente Loyola es durante estos días muestra de la diversidad y la pluralidad del mundo.

Otra de las cosas que mejor poso me dejan mientras escribo estas líneas, es la acogida por parte de los vecinos de Azpeitia, volcados con los más de 2.700 jóvenes que estos días inundamos su rutina. Orientándonos, recibiéndonos con sonrisas y bromas, y manifestando la alegría de ver a tanta juventud en torno a una misma fe, en torno a un mismo proyecto, y en su casa.

La noche de ayer concluyó con una acogida donde cabe destacar la representación de un grupo de jóvenes portugueses, acerca de una de las batallas más importantes que s. Ignacio de Loyola libró en estas tierras, aún convaleciente tras la bombarda que le destrozó la pierna en la defensa de la ciudad de Pamplona. La batalla que él propiamente recogió después en su meditación sobre las Dos Banderas de sus Ejercicios Espirituales. Una puesta escena bellísima, cuidada hasta el detalle y con juegos de luces, fuego y danzas que me hizo comprender mejor ese mensaje que el Papa Benedicto repite a menudo, y es que Dios es belleza y por tanto el arte que sale de la mano del hombre es ejercicio de transmisión y transparencia de Dios. Ayer esa meditación de las Dos Banderas que representa la opción de Cristo y del Maligno fue una representación de la opción por la VIDA escrita en mayúsculas que arrastró a Ignacio a una vida de entrega, y que hoy hace posible que estemos tantos "jóvenes jesuitas" preparando esa JMJ que celebraremos juntos con cientos de miles más, en torno a su santidad y convocados por el mismo Espíritu que arrastró a aquel vasco a su camino de santidad.

La oración de anoche y la de esta mañana han sido signo de universalidad, dando sentido al término católico - universal- que tantas veces no terminamos de interiorizar. El Señor nos convoca, nos sale al encuentro y con Él oramos y a Él escuchamos en mitad de la explanada a los pies de la Basílica de Loyola. Da igual que solo entendamos la oración en español y que la lengua polaca o de algún país africano nos sea desconocida. Oramos en comunidad al mismo Dios, al Dios de la Vida que sabe cómo mejor hablarnos: directo al corazón.

En todo momento las lecturas y los salmos han estado acompañadas por un coro de voluntarios que lleva desde hace semanas trabajando para acompañar una liturgia y una puesta en escena supercuidada.

Esta mañana la oración ha sido introducida por Monseñor Jose Ignacio Munilla, obispo de San Sebastián. Monseñor Munilla ha comenzado evocando a S. Ignacio y considerando este "santo lugar como un tesoro diocesano". "San Ignacio oró en este lugar, teniendo este bello paisaje como retablo de su oración". Monseñor Munilla recordó como Ignacio oraba en varias lenguas- español, vasco, latín , francés e italiano- mientras Dios habla en lenguaje único, un lenguaje directo con un mucha facilidad de conexión, el lenguaje del amor. " No habéis venido solo mirar sino a observar y tener experiencias. No solo a escuchar, sino a oír su Palabra. Serán por tanto días de búsqueda dónde descubriremos que Dios nos busca antes de que tan siquiera nosotros hayamos pensado en Él".

Terminó invocando la advocación mariana que tanto acompañó a Ignacio durante su vida en estas tierras: " Que Santa María de Olatz os de un corazón abierto, sediento y hambriento de la voluntad de Dios manifestada en Jesucristo".

Tuve la suerte de poder saludarlo personalmente. Bromeamos acerca del tiempo, un tiempo estupendo que nos acompaña con un cielo abierto y unas temperaturas que hoy me han hecho dudar de si estoy en mitad del País Vasco o sigo en Sevilla. A la pregunta de qué espera usted de los jóvenes, Monseñor Munilla se sonrió y me respondió: "simplemente que sepan escuchar y cumplir con sinceridad la voluntad de Dios". Mientras se marchaba acompañado del General de los Jesuitas, el Padre Provincial de España y el el Provincial de Loyola no dejó de saludar a gente y tuvo en todo momento tiempo para fotos.

Durante el resto del día hemos disfrutado de diferentes actividades de la feria MAGIS: talleres de manualidades, gymkana, actividades deportivas, charlas, oraciones,... todo ello entre momentos de encuentro, de charlas animadas y divertidas, de momentos de compartir sin hablar el mismo idioma, pero compartiendo algo mucho más grande.

La tarde ha tenido como protagonista la celebración en torno a la eucarístia reunidos por lenguas, y ahora, con el tiempo ya más propio del lugar donde nos encontramos, pasamos a disfrutar del festival de las culturas, con intervenciones representativas de las decenas de nacionalidades que aqui nos encontramos.

Me gustaría poder recoger lo que voy viviendo con más sosiego y detalle, pero los medios y los tiempos son los que son.

Hasta mañana, desde Loyola y con mucha lluvia.

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