martes, 9 de febrero de 2010

Tolerancia cero vaticana

Los casos de pederastia en el seno de instituciones católicas que desde hace meses han ido saliendo a la luz en Irlanda, EEUU, recientemente en Alemania y que salpican Chile y España, claman al cielo y reflejan la miseria, debilidad y crueldad de algunos ministros de nuestra Iglesia.

Hace un par de dias el Papa Benedicto XVI recogía en un discurso dirigido a los participantes de la reunión plenaria del Consejo Pontificio para la Familia - que analizaba los derechos de la infancia- una condena radical y absoluta de tales hechos.

“Pero al que escandalice a uno de estos pequeños que creen en mí, más le vale que le cuelguen al cuello una de esas piedras de molino que mueven los asnos, y le hundan en lo profundo del mar“ (Mc 9, 42) Esta fue la cita del Evangelio con la que el Papa se refirió al caso, si bien sus palabras concretas fueron las siguientes:

"La Iglesia siempre ha promovido la tutela de la dignidad y de los derechos de los menores. Por desgracia, muchas veces, algunos de sus miembros, actuando en contra de ese compromiso han violado esos derechos, un comportamiento que la Iglesia jamás dejará de deplorar y de condenar (...) las duras palabras de Jesús contra quien escandaliza a los pequeños (Mc 9,42) obligan a todos a no bajar, nunca, el nivel de ese respeto y amor".


Realmente contudente. La dureza y la firmeza del Romano Pontífice, aunque dentro de lo que se esperaría en estas situaciones, es loable y muy valiente, pues la Santa Sede, su lenguaje y su diplomacia en las formas es muchas veces complicada y desconcertante para los que vivimos en su seno. Esta claridad es digna de agradecer y es que a la Iglesia, amén de predicar, le toca dar ejemplo en todos los sentidos. Y reconocerse santa, pues es el Espíritu de Dios el que la alienta y empuja, pero también pecadora, en tanto esta formada por hombres de a pie que no pocas veces viven alejados de dicho espíritu.

Ahora habrá que esperar a la carta que el Papa prometió a los fieles católicos irlandenses para dar respuesta clara a estas situaciones de años y años de pecado y humillación. Y ver, ya veremos cuando, qué sucederá con los legionarios y lo podrido que ocultaba su fundador Marciel Macia, por ellos toca rezar mucho pues no debe ser fácil el desierto que hoy viven.

No hay comentarios:

Publicar un comentario