martes, 31 de agosto de 2010

Otra vez no



Realmente no sé qué sucedió. No estaba allí para vivirlo y no recibí golpes para poder identifcar a aquellos que me los propinaban.

A pesar de todo algo me suena raro cuando el Ejecutivo español se contenta con las explicaciones de Rabat, resta importancia a las agresiones sufridas en el Aaiún por ciudadanos españoles favorables a la causa del pueblo saharaui y vuelve de nuevo a una postura de indefinción con respecto a la libertad, la independencia y el respeto de los derechos humanos en el Sáhara Occidental.

Dice Marruecos que las pancartas y las camisetas de los activistas españoles desató la "cólera legítima y espontánea de la población" y que ello provocó que simples ciudadanos de a pie se liasen a puñetazos y patadas con ellos. Que nada de policias de paisano, que nada de maltrato por parte de las fuerzas de seguridad marroquíes y que todo culpa de unos radicales canarios que no buscaban otra cosa que provocar y atentar contra la integridad territorial del Reino de Marruecos.

Pues que quieren que diga, que ni idea. Que algunos activistas reconocieran en la comisaría como policias de paisano a alguno que horas antes participaba en la agresión es un dato. Que puede ser mentira o fruto del aturdimiento, es cierto. O no.

Lo que si es cierto es que el tema del Sáhara Occidental es un tema incómodo para el Reino Alahuí; que el férreo control con que Marruecos vela por el territorio, antes colonia española, ha sido denunciado por diferentes asociaciones y organizaciones internacionales, particulares y ONGs en muchísimas ocasiones; que el respeto de los derechos humanos es casi inexistente y que España mantiene, aún 45 años después, una enorme responsabilidad política, internacional y moral con respecto al conflicto. A pesar de que muchos no lo vean, o no quieran verlo.

España ha perdido, una vez más, la oportunidad de significarse con la causa del pueblo saharaui y de acompañar la postura de la comunidad internacional, manifestada a través de la ONU, que reconoce al territorio del Sáhara Occidental como uno de los 16 territorios no autónomos llamados a ser descolonizados.

Con este, y otros muchos gestos anteriores, el Gobierno olvida poco a poco la postura de apoyo al pueblo saharaui, que ha caracterizado a la sociedad española desde nuestra irresponsable huida. Con la “Marcha Verde” Rabat hizo marchar sobre el Sahara Occidental a unos 350.000 marroquíes, sin resistencia alguna del Gobierno y el Ejército español, poniendo fin a la colonización española en dicho territorio de un modo muy particular. Era 6 de noviembre de 1975, y vivíamos en España unas circunstancias políticas muy particulares, muy cerca ya la muerte de Franco. Bien supo Hassan II aprovecharse de ello.

Hoy no hay motivo alguno para volver a abandonar al antojo de Marruecos al pueblo saharaui. Otra vez no.

Es responsabilidad de la sociedad española tomar conciencia de ello y presionar a nuestros dirigentes para que adopten, sin titubeos, una postura que permita al pueblo saharaui decidir libremente sobre su futuro, sin miedos ni cortapisas. No queramos pasar a la historia como aquel prefecto romano que prefirió lavarse las manos a mojarse de verás.